19 de agosto de 2012

EL CANTANTE DE JAZZ (1927)

Wait a minute, wait a minute. You ain't heard nothin' yet!

   

El 6 de octubre de 1927, en el Warner Theater de New York, se produjo un hecho insólito en la historia del cine: la película El Cantante de Jazz, protagonizada por el popular cantante Al Jolson, fue estrenada y atrajo multitudes. La razón era muy simple. Se trataba del primer largometraje con diálogo sincronizado de toda la historia. La era muda tenía sus días contados...
Los experimentos para sincronizar sonido con imagen provenían incluso desde antes de los Hermanos Lumiere, y Edison ya había intentado algo con poco éxito. Fue a inicios de los años 20' cuando comenzaron los avances más serios: ya en fecha tan temprana como 1922 se rodaron cortos en los que se incluían algunos sonidos sincronizados, a lo que poco después seguirían comerciales de productos y finalmente, canciones. La película Don Juan (1926) con John Barrymore fue la primera en contar con un soundtrack sincronizado, al tiempo que los cortos con diálogos y canciones ya comenzaban a abundar. Empero, nada importante llevado a la pantalla grande había sido visto con algo parecido, hasta que el director Alan Crossland produjo lo que sería obra cumbre, aquella en que el primer premio de la Academia se llevaría la estatuilla honoraria como "la película pionera sonora que revolucionó la industria". Aun así, considerando que sólo el 15% del filme puede ser catalogado de sonoro, habría que esperar un poco más para tener a la primera película completamente sonora, que fue Luces de Nueva York, en 1928. En el viejo Arizona sería la primera en superar los 100 minutos.
De todos modos, la historia detrás de esta producción tuvo sus altibajos. Eran momentos críticos para la Warner, pero aun así decidió arriesgarlo con una obra que, de tener éxito, generaría ingresos por millones de millones, que fue lo que al final ocurrió. Muy lamentable que Sam Warner, posiblemente el miembro más inspirado de la familia, muriera en la víspera del estreno. No podría advertir el gran paso decisivo que la gigantesca empresa cinematográfica había dado.
Como se ha visto, El Cantante de Jazz no fue la primera película con sonido, pero se hizo rápidamente la más popular, aunque no sólo por durar más que las anteriores y por incluir diálogos. La presencia de Al Jolson fue asimismo crucial. Hombre difícil, de familia judía (tal como el personaje que interpreta) lituana, emigró a Estados Unidos en 1890, pero pronto terminó como un indigente a la muerte de su madre. Trabajó en diversas labores hasta que estudió canto y por allí fue reconocido como un gran talento. Pronto inició su carrera como vodevil en pequeños teatros, pero a inicios de los 20' su célebre "Mammy" lo hizo saltar a la fama; participó en varios cortos en Broadway, hasta que por fin se le seleccionó para un largometraje. Integraría también el elenco de The Singing Fool (1928) y Say it with songs (1929), ambas de Lloyd Bacon. Además de sus canciones, el comportarse como en la vida real y pintarse la cara de negro le granjearon enorme popularidad. Tras retirarse de Broadway en 1931, su fama decayó paulatinamente, con excepción de algunos chispazos acaecidos hasta su muerte en 1950. No por eso su legado inspiró a gran número de cantantes, desde Elvis Presley hasta Michael Jackson, y es bien recordado en el King Kong de Peter Jackson (2005), cuando se presenta su canción "I'm sitting on top of the world", justo cuando el simio está escalando el Empire State...
El argumento es muy simple, y la verdad que lo más encantador de la obra es escuchar al genial Jolson cantar, en especial en uno de las primeras escenas: tras una primera balada, improvisa sus célebres palabras "Wait a minute, wait a minute. You ain't heard nothin' yet!", que no pueden ser más metafóricas con relación a su significado en la historia del cine. Luego viene la graciosa "Tootsie" y entonces todo vuelve una vez al mudo tradicional. Todo ello lo ejecuta un personaje conocido como Jack Robin en el mundo artístico, pero cuyo nombre real es Jakie Rabinowitz, hijo de un rabino de Nueva York ultra ortodoxo, quien desde un inicio había estado resuelto a que su hijo continuara la tradición familiar y sea corista en la sinagoga. Pero desde niño, el pequeño Jakie mostraba su gusto por el ragtime, con el que entretenía a los comensales en un bar de la ciudad. El día que su padre esperaba animosamente que su retoño debutara en el Yom Kippur, se entera de lo que ocurre, se suscita una pelea y el niño abandona la casa, dirigiéndose al Oeste, en donde comenzará una exitosa carrera. Ya muchos años después, le falta dar el pequeño salto, para lo cual lo respalda otra artista, Mary Dale, de quien parece enamorarse; pronto se dará cuenta que el interés de ella es netamente profesional (si bien al final quedan dudas), pero sincero. Regresa así como un famoso cantante a Nueva York, donde debe enfrentar a su padre, quien no ha cedido un ápice en su forma de pensar y por segunda vez lo echa de la casa. Sólo su madre parece entenderlo y está dispuesta a escucharlo cantar al tiempo que toca el piano, en una escena histórica con un diálogo sonoro sincronizado entre ambos.
El clímax de la historia ocurre al final, cuando en la noche de su estreno, su madre y un amigo van a buscarlo para que reemplace al moribundo padre en la fiesta de Yom Kippur otra vez. Esta vez Jack cede ante la familia, se reconcilia con su padre antes de que fallezca y recibe otra oportunidad en el teatro, gracias a la intervención de Mary. Vemos entonces a un Al Jolson con el rostro pintado de negro (costumbre de la época) interpretando su famosa copla "Mammy", también sincronizada. Es la última secuencia de toda la historia, en la cual podemos apreciar con creces que el cine sonoro nos ha cautivado totalmente: sin que sea nuestra intención, repentinamente nos sentimos trasladados a una sala, como si estuviéramos realmente escuchando a Jolson... y nos sentimos identificados con él, su música... y su último mensaje: Aún no hemos escuchado nada...

   

País: Estados Unidos
Duración: 88 minutos
Género: Musical
Director: Alan Crosland (1894-1936)
Reparto: Al Jolson (Jakie Rabinowitz), May McAvoy (Mary Dale), Warner Oland (Cantor Rabinowitz), Eugene Besserer (Sara Rabinowitz), Otto Lederer (Moisha Yudelson).

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