Desde sus inicios, el maestro del suspenso ya era capaz de conducirnos a un estado de tensión que no se rompe sino hasta la última escena, cuando todo queda aclarado. La mejor película muda de Alfred Hitchcock constituye en la actualidad un homenaje a este gran cineasta.
El 13 de agosto de 1899 el barrio londinense de Leytonstone vio nacer a Alfred Joseph Hitchcock, el menor de tres hermanos de una familia con antecedentes irlandeses y muy católica. Niño con problemas de obesidad desde muy temprano, fue tímido y apocado, rasgos que lo acompañarían toda su vida. Al morir su padre cuando tenía 14 años, tuvo que abandonar el St Ignatius School y entrar a trabajar en una compañía telegráfica. Justo por esos años quedó fascinado con El Nacimiento de una Nación de Griffith y poco a poco se fue metiendo a la industria cinematográfica. Desde 1920 hacía rótulos de varias películas en la Famous Players Lasky, y pronto comenzaría a colaborar como guionista, director artístico y montador. Allí mismo conoció a Alma Reville con la que se casó en 1926 y quien sería su fiel colaboradora en la dirección y guión de sus filmes. Ya para ese entonces se le había encargado lo que fue su primer largometraje, El jardín de la alegría (1925), rodada en Munich como co-producción germano-británica. La fama de esta obra lo condujo a filmar un año después El águila de la montaña y El inquilino, la misma que sería considerada en su momento la mejor producción británica.
La historia es una variación de Jack el Destripador. En un Londres con más niebla que lo común, comienzan a sucederse una serie de asesinatos en los que las víctimas son rubias. El misterioso asesino siempre deja una carta en la que firma "El Vengador", pero siempre desaparece. Entre tanto, una familia recibe una noche a un misterioso huésped que se queda como inquilino: es extraño, pide que retiren las fotos de las rubias que hay en su habitación, siempre está ausente durante los asesinatos. Las sospechas se incrementan, aunque al final todo será aclarado.
El asesino en cuestión no aparece nunca. Nunca se muestran directamente los homicidios. En lo que Hitchcock se centra es simplemente en las reacciones de los demás... el miedo, el pánico, la preocupación, la impotencia... y es eso lo que nos quiere transmitir. Todo lo que acontece convierte al inquilino en un sospechoso y el director es un genio al conseguir que el público no solo sea consciente de ello, sino también, y más importante, que lo sienta. Es allí donde radica la maestría del suspenso del cineasta británico. Mejor aún, logra que la audiencia se sienta atraída por el personaje, que se encariñe con él, lo cual se torna todo más confuso dentro de nuestras mentes. Incluso el inspector y aparente prometido de la joven Daisy (la hija de los propietarios), quien en primera instancia debería ser el "héroe", cae antipático en todo momento.
Por otro lado, Hitchcock utiliza múltiples recursos para crear la atmósfera opresiva e ideal para este tipo de argumento. El expresionismo alemán (presente en sus dos primeros largometrajes) se percibe en el empleo de la luz, de modo que parecería que en cada escena son sólo determinados espacios los únicos que existen. Ello presupone que todo gira alrededor del tema principal ininterrupidamente, y no siempre con seriedad. De allí que tengamos secuencias en las que muchachas rubias desfilan despreocupadamente por pasarelas, el inspector bromea, e incluso sus ataques de celos son más que nada porque ya desde un inicio sospecha de aquel misterioso hombre. Incluso los temas románticos están cargados de un aire tenso, como si toda esa seducción no fuera otra cosa que un plan maquiavélico que terminará en otra muerte. Y al final, tendremos un final feliz, no sólo para la pareja cuya próxima unión resulta casi obvia, sino también para el mismo Hitchcock. Con El Inquilino, el reconocimiento del gran director alcanzó fama mundial.
País: Gran Bretaña
Duración: 101 minutos
Género: Suspenso
Género: Suspenso
Director: Alfred Hitchcock
Actores: Ivor Novello (inquilino), Marie Ault (propietaria), Arthur Chesney (propietaro), June (Daisy), Malcolm Keen (inspector).
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