21 de junio de 2012

EL SÉPTIMO CIELO (1927)

El director Frank Bozarge mereció con todo derecho el primer Óscar a la mejor dirección con una historia de amor que cautivó a todo el mundo. Muy pocos después de él serían capaces de compenetrarse tanto con una pareja y dejar de lado casi todo lo demás...

         

Chico es un joven que vive trabajando limpiando alcantarillas, a pesar que su sueño es ser barrendero. Diane es una joven que vive siendo maltratada por su hermana mayor y sueña con una felicidad que le resulta muy difícil expresar, pero relacionada al "calor de hogar". El destino los une por una casualidad... sin saber ni cómo ni cuándo, él se encuentra salvándola en tres ocasiones, mientras que ella, sin poder explicarlo, se siente como una Cenicienta en el apartamento de su salvador, ubicado en lo alto de un edificio desde donde es posible vislumbrar mágicamente todo París.
El director no puede manifestar mejor esta historia de amor. Poco a poco, ambos va cambiando como si se hallaran en un trayecto directo a la felicidad: ella pierde sus miedos, nunca pierde la esperanza, y sin embargo, no deja de ser ella misma, una muchachita tierna y servicial; él abandona la dureza que lo caracterizaba al inicio y aprende a creer en el verdadero amor, no en lo que pensaba antes que Diane apareciera en su vida. Sin habérselo propuesto, primero la salva de su malvada hermana, luego de un intento de suicidio y finalmente, de la policía. En medio de todo ello, el sacerdote surge como un "redentor", al punto que nos hace pensar en la figura de Cristo: es él quien le proporciona la fuerza necesaria a Chico, otorgándole un certificado de barrendero y regalándole unos amuletos que se convertirán, a la larga, en los símbolos de su amor con Diane. Ambos van descubriendo la felicidad paulatinamente, pero Bozarge apuesta más por la figura femenina, mucho más ingenua que su pareja y que encuentra la felicidad en el mismo mundo que le faltaba conocer (caso distinto a su amado, quien sólo tuvo que "abrir" mejor los ojos). La azotea de ese edificio representa una metáfora, una comparación con las alturas celestiales, en donde la pobreza del lugar poco interesa... ella se siente encantada con todo lo que está conociendo, mientras que él lo valora con mucha más fuerza, ahora que tiene a la persona indicada a su lado. La escena ante la ventana y esa timidez sexual de ella al momento de acostarse por primera vez en su cama (él dormirá en el balcón), generan un entorno mágico a toda esa secuencia imborrable.
Bozarge plantea el tema de la felicidad empleando diversas técnicas del arte mudo, que ya iniciaba su período de extinción en 1927, al comenzar a filmarse los primeros esbozos de cine sonoro. La utilización de la luz es crucial a lo largo de todo el filme, pero especial atención merece la escena en la que Chico conduce a Diane por primera vez a su departamento: en una sola toma, la cámara nos muestra como van escalando hasta el séptimo piso; claramente se percibe que en los pisos inferiores vive gente más pudiente, pero la alegría inherente de ambos es suficiente para hacernos dar cuenta que es en lo alto donde se halla el sitio más bello. 
La vida simple constituye otro factor claramente manifiesto en la producción. Chico sólo tiene tres amigos, pero ello le basta, en tanto ella puede sentirse agradecida por haber encontrado una gran compañera en Madame Gobin. Él puede sentirse sumamente agradecido con su oficio de barrendero... no codicia más, mientras que ella, siendo una fiel y hacendosa esposa, puede serle grata a la vida. Ni siquiera para su enlace matrimonial requieren de un ministro o sacerdote, lo cual confirma una vez más que todo está entre ellos dos. Únicamente el estallido de la guerra permite la entrada del mundo exterior en sus vidas. Es en este momento en el que Bozarge se aleja un poco del tema central, exponiendo aspectos bélicos casi documentales, y tratando con suma diligencia aquel episodio suscitado durante la Primera Batalla del Marne (1914), durante la cual se remitieron a la línea de combate todos los soldados disponibles... ¡nada menos que en taxis! Es emotivo, pero al mismo tiempo gracioso, el momento en que el taxi del obeso amigo de Chico vuela por los aires y él se consuela afirmando que Eloise (nombre del automóvil) murió por una causa patriota. Pero de todas formas, a pesar de la interrupción de la historia de amor, ésta se mantiene con el "encuentro" mental que los esposos tienen todos los días a las 11 am. Un encuentro que se perpetúa hasta el último día, cuando finalmente se convierte en real con el retorno de un Chico considerado muerto por todos. Ha perdido la vista, pero ni siquiera eso los entristece... porque ella está dispuesta a "ser" sus ojos.
No podemos cerrar este artículo sin referirnos antes a la gran actriz que cumple el rol de Diane, Janet Gaynor. Nacida en 1906, obtuvo el primer Óscar a Mejor Actriz por tres películas (fue la costumbre en la primera edición): El Séptimo Cielo, Amanecer (1927) de Murnau y Ángel de la Ciudad (1928), también de Bozarge, una historia de amor igualmente protagonizada con Charles Farrell, el célebre Chico. En realidad, ambos actores trabajaron juntos en diversas películas, lo que contribuyó a la creación de uno de los primeros mitos románticos de la historia de Hollywood. La capacidad de esta joven de esbozar tan variadas emociones en una sola obra, sin dejar de ser el personaje, fue lo que le hizo ganar tantos galardones. Se convirtió así en representante de la más pura femineidad indefensa que requiere protección, pero que la emplea para adquirir una fortaleza propia y alcanzar su plena independencia. Un merecido premio por donde se vea...

        

País: Estados Unidos
Duración: 110 minutos
Director: Frank Bozarge (1893 - 1962).
Género: Romántica
Reparto: Janet Gaynor (Diane), Charles Farrell (Chico), Gladys Brockwell (hermana), Albert Gran (Boul), David Butler (Gobin), Marie Mosquini (Madame Gobin).
Premios: ÓSCAR A MEJOR DIRECTOR (Frank Bozarge), ÓSCAR A MEJOR ACTRIZ (Janet Gaynor), ÓSCAR A MEJOR ADAPTACIÓN (Benjamin Glazer).

No hay comentarios:

Publicar un comentario