24 de febrero de 2012

LA SAGA DE GÖSTA BERLING (1924)

En la Suecia de inicios del siglo XIX, una historia de amor, rivalidades, venganza y vacíos, fue llevada a la pantalla grande con un resultado incontestable: el salto a la fama de la ‘Divina’ Garbo.


File:Gösta Berlings saga.jpg    

Un incendio en la localidad de Ekeby, que pone fin a una era pasada, a una vida de frustraciones de unos hombres que parece que habían dejado el alma en las guerras napoleónicas; las imágenes reflejan una vivacidad extremadamente fuerte durante gran parte de la obra… incluso los actores estuvieron a punto de prenderse realmente debido al realismo de las escenas. No mucho después, un trineo recorre el lago helado… se encuentran allí Gösta Berling y la mujer que ama sin saber, Elizabeth Dohna, encarnada por la magnífica Greta Garbo; a lo lejos, unos lobos los persiguen, pero es la velocidad en medio de un paisaje majestuoso lo que nos envuelve. Una toma que podía verse contemporáneamente en Norteamérica, pero que en Suecia era acompañado de un lirismo que le daba su ingrediente especial. Asimismo, vemos a una anciana que ha sobrevivido durante años sólo para presenciar la maldición cumplida sobre su hija, anatema que ella misma había lanzado años atrás. El momento en el que expira no puede ser más conmovedor, con una hija a su costado arrepentida por el daño causado, pero a su vez resuelta a vengarse…
Éstas son las mejores escenas de una película maravillosa, de la que la ganadora del premio Nobel de Literatura, Selma Lagerlöf, bien pudo sentirse orgullosa al ver cómo una de sus obras magnas era llevada a la pantalla grande por el genial Stiller. No se trataba de respetar al pie de la letra la novela, porque ya sabemos que el cine no tiene ese propósito… se trata de presentar esa misma historia, pero con imágenes, todas ellas repletas de detalles, con un drama que se encauza fantásticamente en casi todos los actores, un vestuario de primera y una mujer llamada Greta Lovisa Gustafsson que con este filme definitivamente se graduaba como una gran actriz, siendo muy pronto conocida como la ‘Divina Garbo’. En esta ocasión aún no la vemos esbozando toda esa femineidad que exhibirá en Hollywood algunos años más tarde, pero ya, en sus pocas apariciones, calca como el personaje cuya aportación es substancial para el desenlace general de la historia. El hecho que solicitara champagne antes del rodaje de sus escenas, la hacen ver como una mujer abandonada, que está dispuesta a someterse al hombre que ama, pero al mismo tiempo, usar esa sumisión para “domar” al inquieto Gösta (ello se nota especialmente en la gran toma del trineo sobre el lago congelado). Tampoco debe olvidarse la gran actuación de Lars Hanson como el protagonista, cuyos continuos cambios de conducta proporcionan una fidelidad a la novela en un aspecto mucho más profundo que los hechos en sí. Lo mismo puede afirmarse sobre Gerda Lundequist, la vengativa Margarita que en realidad, sólo está pagando sus yerros del pasado.
Stiller era un finlandés de origen judío nacido en 1883, que se interesó por la actuación desde muy temprano, teniendo la oportunidad de practicar en varios teatros de Helsinki y Turku. Sin embargo, el llamado al servicio militar por el Zar Nicolás II (Finlandia era en ese entonces un Gran Ducado del Imperio Ruso) no fue de su agrado, dado su nacionalismo, optando por emigrar a Suecia. En 1912 ya estaba sumergido en la industria cinematográfica de ese país y muy pronto comenzó a dirigir y escribir, al punto que en 1920 ya contaba con una experiencia de más de 35 filmes, de los cuales, El Tesoro de Sir Arne y Erotikon fueron los más famosos.
Al poco tiempo conoció a Greta, joven de 18 años, una niña tímida en los primeros años, acostumbrada a jugar sola, hasta que repentinamente se tornaría en una líder natural amante de la actuación. Empero, como toda chica de la clase media sueca de ese entonces, no atendió a la secundaria, dedicándose expresamente a las labores caseras y al cuidado de su padre, quien afectado por la gripe española en 1919, moriría un año más tarde. Greta tuvo que ponerse a trabajar como asistente en algunos negocios en Estocolmo, hasta que sus amistades la ayudaron a introducirse al mundo del modelaje, apareciendo entonces en diversos anuncios publicitarios. Fue el director Erik Petschler quien se fijó en ella, llamándola para un papel secundario en una comedia. Ello marcó en 1922 el inicio de su carrera dramática. Entró a la Escuela Real de Arte Dramático y fue allí donde conoció a Stiller, quien no dudaría en convocarla para un papel importante en Gösta Berling.
Por otro lado, la actuación de Hanson estuvo repleta de anécdotas en este film. En realidad, este joven espigado con una sonrisa soñolienta ya había cautivado a Stiller y Sjöström desde que lo descubrieran trabajando en un teatro de Estocolmo. Nacido en Gotemburg en 1886, se ganó el cariño de los espectadores haciendo el papel del excéntrico joven que esperaba ser galanteado por su amada en Erotikon (1920), pero fue so rol protagónico en Gösta Berling el que lo llevó a la fama internacional. Se cuenta que en la famosa escena del incendio, Hanson tuvo que saltar por una ventana en llamas y por accidente comenzó a incendiarse; entonces gritó: "¡Me quemo!, a lo que Stiller respondió mientras ajustaba su cámara: "Lo siento, tendrás que seguir quemándote un momento más."
Pero más allá de las actuaciones y determinadas escenas, Stiller se fija básicamente en pintar la sociedad sueca de inicios del siglo XIX con toda su hipocresía y soledad en medio de diversiones y asuntos triviales; pero al mismo tiempo, no se aleja del tradicional naturalismo del cine sueco, razón por la cual disfrutamos de magníficas tomas de escenarios naturales impresionantes, tanto de paisajes invernales, como otoñales, primaverales y estivales. Asimismo, algunas imágenes específicas nos reflejan algunos detalles de la vida aristocrática desde un lado positivo: los paseos de una melancólica Ebba Dahna sumida en sus lecturas, junto a los de Elizabeth recogiendo flores. Historias de venganza, juegos de placer, soledad… todos los ingredientes que Lagerlöf pretendió esbozar en su novela… y al mismo tiempo, una forma de apelar a la reivindicación social en el mundo escandinavo de los años 20’, que aún parecía continuar sumido en la ‘Belle Epoque’ del siglo anterior.

   

Duración: 185 minutos 
País: Suecia
Género: Adaptación literaria
Director: Mauritz Stiller (1883 – 1928)
Reparto: Lars Hanson (Gösta Berling), Sven Scholander (Sintram), Ellen Cerderström (Baronesa Dohna), Mona Märtenson (Ebba Dohna), Torsten Hammarén (Henrik Dohna), Greta Garbo (Elizabeth Dohna), Gerda Lundequist (Margarita Samcelius), Jenny Hasselquist (Marianne Sinclair), Sixten Malmerfelt (Melchor Sinclair), Karin Swanström (Gustava Sinclair).

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