El imperturbable Keaton, ya sea disfrazado de mujer, ya sea montando una original bicicleta, ya sea realizando peripecias para salvar a su amada en las cataratas, o ya sea jugando con su fiel can o escapando de sus agresores, nunca modifica su expresión, pero con sus ojos asume todas las emociones posibles...
La comedia en Hollywood no podía quedar a la zaga de las grandes súper producciones. Junto a Lloyd y Chaplin, Buster Keaton completaba el tridente de la risa en los legendarios años del cine mudo. Este hombrecito (muy parecido también en ese aspecto a ‘Charlot’) provenía de una familia de actores de teatro, ya aparecía desde los cuatro años en el escenario junto a sus padres en su ciudad natal de Piqua, Kansas. Pronto fue promocionado por su progenitor como actor cómico y ya desde muy joven comenzó a adquirir las características que constituirían su sello profesional: una “cara de palo” que se mostraba impertérrita frente a todo, pero a su vez unos ojos enormes cuya profundidad expresaba todas las emociones posibles.
Keaton fue introducido en la pantalla grande en 1917 por Roscoe “Fatty” Arbuckle y como la gran mayoría, comenzó con los cortometrajes, siempre para los filmes de su apoderado, al tiempo que de vez en cuando trabajaba como guionista y asistente de dirección. En 1919 el productor Joseph Schenk le dio la oportunidad de establecerlo en un estudio particular y realizar sus propios cortos, lo cual el diminuto artista lo aprovechó para alejarse del humor decadente y sin matices de Arbuckle, definiendo sus propias ideas en la pantalla grande. Así, hasta 1923 ejecutó un total de 19 cortos, en los cuales demostró su gran talento como actor y director, en la mayoría de los casos tratándose de una trama en la que la tecnología industrial siempre estaba presente, en un tácito enfrentamiento con el Hombre. Fue así como llegó a los largometrajes, el primero de los cuales, “Nuestra Hospitalidad”, resultó ser un éxito total.
La historia entremezcla argumentos ya conocidos, principalmente con la shakesperiana “Romeo y Julieta” trasladado al centro de los Estados Unidos, aunque las tomas exteriores fueron realizadas en California y en Oregón. Se trata de la clásica historia de un enfrentamiento de familias generacional, en este caso los McKay y los Canfield; los primeros pobres, los segundos ricos. Al morir el último McKay, su pequeño hijo bebé (interpretado por el verdadero hijo de Keaton) es llevado a casa de su tía en Nueva York, quizás a la espera que se olviden todas las rencillas. Sin embargo, los Canfield no las olvidan y cuando el joven McKay retorna al pueblo para cobrar su herencia, están dispuestos a darle muerte a como dé lugar. Lamentablemente para ellos y afortunadamente para el protagonista, Virginia Canfield se ha prendado de él, lo invita a su casa, y debido a las leyes de la hospitalidad que el patriarca familiar ostenta, no pueden darle muerte mientras esté en su interior. Finalmente, la persecución es inevitable, pero cuando McKay salva en una catarata a Virginia, todo queda arreglado: ella anuncia su matrimonio con él y así, el corazón de su padre y hermanos se ablanda definitivamente.
Escenas memorables no le faltan al primer largometraje de Keaton. Es excepcional todo el viaje de Keaton de regreso a su pueblo natal en la legendaria Stephenson’s Rocket, la antecesora de la locomotora a vapor; rieles improvisados, pastores que se atraviesan con sus vacas, un burro que no se quiere mover (obligando al ingeniero y a su ayudante a mover los rieles), el perro de McKay que la sigue (e incluso se adelanta), las maletas que se caen, los transeúntes que lanzan piedras, etc. Toda una comedia dentro de la comedia que hace presagiar lo que sería la obra cumbre del mítico comediante, “El General” (1926). Las peripecias que Keaton realiza para evitar salir de la casa son igualmente notables, especialmente porque tal como era la norma en su actuación, jamás emite sonrisa alguna. Su idea de salir disfrazado de mujer con los clásicos vestidos femeninos de mediados del siglo XIX es excepcional y con mayor razón cuando engaña a sus perseguidores amarrando el vestido a la cola de su caballo. Finalmente, una escena magistralmente rodada como la del río y el rescate en la catarata, que fue filmado en un estudio especialmente creado por Keaton en Hollywood. Como colofón, al momento de hacer las paces, vemos a un McKay totalmente prevenido que ya se había apoderado de todas las pistolas de la casa, las cuales extrae de debajo de su chaleco con ese mismo hermetismo que siempre hace reír a todos.
El film tuvo además otras curiosidades. Junto al bebé de Keaton, estuvo también presente su padre en el papel de ingeniero de la Rocket, lo que lo convierte en la única producción en la cual estuvieran tres Keaton al mismo tiempo. No faltó tampoco la esposa del protagonista, Natalie Talmadge (hermana de Constance, la famosa chica de la montaña en “Intolerancia”), quien en la historia ficticia también termina siendo su mujer. Finalmente, el actor y amigo de Keaton, Joe Roberts, fallecería algunos meses después del rodaje por un golpe sufrido durante el mismo. Extrañezas que siempre ocurren… pero el cine de Keaton había dado el primer gran paso hacia la fama mundial.
Ficha:
Duración: 74 minutos
País: Estados Unidos
Género: Comedia
Director: Buster Keaton (1895 – 1966) y John G. Blystone (1892 – 1938)
Reparto: Buster Keaton (Willie McKay), Joe Roberts (Joseph Canfield), Natalie Talmadge (Virginia Canfield), Ralph Bushman (Clayton Canfield), Craig Ward (Lee Canfield), Joe Keaton (ingeniero).
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