12 de agosto de 2011

LIRIOS ROTOS (1919)

Una obra que no salía del tradicional libreto de Griffith, pero que agregaba los ambientes sórdidos y miserables esbozados con una fatalidad sin precedentes, muy distinto al aspecto cómico que les confería Chaplin. 


   

Tras el fracaso de “Intolerancia”, las carencias de Griffith en materia de desarrollo psicológico de personajes y en elaboración de conflictos complicados se hicieron sentir cuando directores como Chaplin y Stroheim le tomaron la posta y suplieron tales insuficiencias. La verdad era que el gran momento del director de origen irlandés había pasado… su crecimiento continuo a lo largo del período 1908-1914 había alcanzado su clímax en los dos siguientes años, para luego producirse un estancamiento. No puede, empero, hablarse de decadencia, porque Griffith aún supo encontrar a los aliados adecuados para llevar a cabo nuevas producciones. Así, se asoció con Dougas Fairbanks, Mary Pickford y el mismo Chaplin para fundar la productora United Artists en 1919. Esta organización no obedeció tanto a fines artísticos, considerando que era financiada por el grupo Dupont de Nemours, rival de Kodak como fabricante de celuloide, que quería hacerse un campo en la bullente industria.
Podría decirse que la nueva etapa profesional que se abría para Griffith estuvo solemnemente ligada en sus primeros cuatro años a la actriz Lilian Gish. De una belleza inusitada y angelical, había empezado desde niña como modelo, y tras la muerte de su padre por alcoholismo, entró al escenario teatral (situación algo parecida a la de Chaplin). Allí permaneció junto a su hermana Dorothy hasta 1912, fecha en la que conoció a Griffith gracias a Mary Pickford. El director quedó impresionado con las dos hermanas, pero especialmente con Lilian, a la que le brindó su primer papel en el corto “Un enemigo invisible” (1912). De allí fue incluida en varias de estas peliculitas hasta 1914, después de lo cual se consagró en “El Nacimiento de una Nación” en el papel de Hélice Stoneman; un año más tarde tuvo un rol breve pero muy simbólico en “Intolerancia” como la mujer que mecía la cuna y servía de enlace entre las cuatro tramas de la película. Estuvo presente en las siguientes tres obras de Griffith, de las cuales “Corazones del Mundo” (1918) obtuvo cierto éxito, pero sería en “Lirios Rotos” donde alcanzaría la definitiva fama.
Esta historia estaba basada en un relato de Thomas Burke que transcurría en los barrios bajos de Londres y que mostraba a la hija de un boxeador fracasado y borracho que frecuentemente era maltratada por su progenitor. Empero, en algún momento ella conoce al chino tendero Chen (Barthelmess), un hombre que había abandonado su patria para conocer, aprender del mundo e inculcar su filosofía de paz y armonía, pero que había terminado sumergido en un negocio que necesitaba únicamente para sobrevivir. La ternura y el amor del oriental atraen a la joven, pero pronto su idilio será descubierto por el padre, quien prejuicioso contra estos extranjeros y ya acostumbrado a maltratar a su hija, la golpea hasta matarla. Chen no tardará en vengarla, antes de suicidarse sobre el cadáver de su amada. 
Probablemente lo que el director buscó en esta película fue plantarse en un punto intermedio entre la majestuosidad de Hollywood (son muy respetables las escenas iniciales en China, con hermosos decorados y primeros planos para una familia nativa) y la discreción europea, con una historia más simple, con menos personajes y haciendo un uso más trascendente de los interiores. Esencialmente, quiere dejar traslucido el dramatismo, para lo cual Lilian Gish cumple su papel a la perfección, con su característica fragilidad física y unas expresiones que según la leyenda, llegaron a escandalizar al equipo de rodaje (se dice que Griffith se levantó de su asiento creyendo que la actriz estaba sufriendo un colapso real). Aquel momento en el que su padre la fuerza a sonreír es uno de los puntos capitales de la película, y quizás una de las razones por la cual se convertiría en la 'musa' del director. Barthelmess no se queda atrás, pero su momento cumbre en la actuación aún debería aguardar.
El problema fue que el aclamado director renunció a sus variedades técnicas a favor de la intimidad y el patetismo que caracterizan a lo largo de todo el film a una joven que al término nos inspira un suspiro de alivio el ver que la muerte pone punto final a todo su perenne sufrimiento, pues al fin y al cabo, su relación con Chen iba a ser contenida de todas formas por cualquiera de esa sociedad cargada de prejuicios. Las técnicas paralelas son escasas en comparación a "El nacimiento de una Nación" e "Intolerancia", pero por el contrario hay un gran trabajo en el tratamiento de los encuadres y en los primeros planos, especialmente en lo que se refiere a Gish. 
El mensaje es muy obvio, con lo relacionado a los prejuicios sociales en los que vivía Occidente,   mientras que el candor con que se presenta la filosofía oriental llega a generar más piedad que admiración por el pobre Chen. Una historia de amor que está más cercana al teatro que a la gran pantalla, pero que sería utilizado como un precedente para un tipo de cine alemán conocido como Kammerspielfilm, el cual sí aprovechará plenamente las oportunidades que el cine brinda.

   

Ficha:
Duración: 90 minutos 
País: Estados Unidos
Género: Drama
Director: D. W. Griffith (1875 – 1948)
Reparto: Lilian Gish (Lucy Burrows), Ricard Barthelmess (Cheng Huan), Donald Crisp (Battling Burrows), Arthur Howard (Burrows’ manager), Edward Peil (Evil Eye), George Beranger (el Espía), Norman Selby (luchador oportunista).

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